
El humo del incienso (y de muchos aceites aromáticos) es el resultado de quemar sustancias tóxicas y potencialmente cancerígeno derivadas del petróleo (Benceno, partículas finas, Formaldeido), y sus efectos pueden ser tan dañinos para la salud como el humo del tabaco.
Estudios llevados a cabo a lo largo de 12 años en Singapur revelaron que quemar varillas de incienso aumenta el riesgo de contraer ciertos tipos de cáncer en la boca, los pulmones y la garganta.
La OCU recomienda no emplearlos en lugares que carezcan de ventilación ni en presencia de niños, embarazadas o personas que padezcan alergia o asma. En su lugar aconsejan el uso de velas, y no de manera habitual, y ventilar la estancia como mejor opción para mejorar la calidad del aire
La OCU recomienda no emplearlos en lugares que carezcan de ventilación ni en presencia de niños, embarazadas o personas que padezcan alergia o asma. En su lugar aconsejan el uso de velas, y no de manera habitual, y ventilar la estancia como mejor opción para mejorar la calidad del aire
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